« 205611 »
¡Date otra oportunidad
huella...!
son endebles tus cristales en boca...
hasta que el acento no llegue a otra,
se te nota... cuando le haces farra a tu rabieta.
« 205612 »
Así, de puerta en puerta...
las huellas transitan...
también enferma de codicia,
que en trasluz... se hace fastidiosa.
« 205613 »
Ese recinto lleno de Huellas...
cada uno cuenta su propia historia...
enseña en la cima abovedada,
que la escalera también cultiva esas cadenas.
« 205614 »
Cadenas graduadas de descenso...
en forma donde el dolor viene impreso...
ni las reglas sabias... ni legendarias,
cortan su fuerza... que ellas llevan a sus espaldas.
Con sacrificio el amor... se
hace tierno...
en las veredas del corazón enamorado...
escuchando miles de notas musicales,
en esos bajos parajes... de los andares.
« 205615 »
Andares que friccionan en
sudores...
pero ahora distantes en las músicas leves...
con energías recorriendo... noche a noche,
como aquel repaso dormido... de la transitada vía silvestre.
« 205616 »
Se vuelven cadenas en noches de insomnios...
como aquellos Monamelgos en los bosques de pinos...
donde... mutuamente los ideales... se vuelven suspiros,
para latir desde el silencio frío... hasta hacer esa Huella que camino.
« 205617 »
¡Claro que la Huella te
sorprende...!
dormido y despierto... callado ó hablado...
aun tu por la fricción con la existencia misma,
aun con ó sin el consentimiento de la razón encima.
« 205618 »
Sobrecogida la impaciencia...
en los retablos del tiempo...
en noches de energías solitarias,
hasta que las penas... gritan las Huellas.
« 205619 »
Las mismas que friccionen en la mente...
que evidencia la premura de salir a la superficie...
como aquel movimiento de columpio que las retiene,
donde el Humano se sienta en su piedra... a contemplarla.
« 205620 »
Mas allá del esponjoso dormir...
acomodadas en aquel recinto de su existir...
buscan también... un crepúsculo para compartir,
con aquel sueño... que ha de venir.
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